En la familia de Ralf Glasz, natural de Alemania y afincado en Vilagarcía desde 2012, había sangre artística por todos lados, con lo que a él no le costó vislumbrar el camino que deseaba recorrer, pero llegó un momento en que ese camino se bifurcó y tuvo que escoger entre la pintura y la música.
Ralf Glasz inició entonces una exitosa carrera como pianista, tenor dramático de ópera o actor, actividad de la que se vio apartado por una grave enfermedad pero que le permitió partir de 2005, Ralf Glasz volvió a tomar los pinceles, actividad que, en realidad, nunca había abandonado del todo.
Recientemente fue seleccionado por la Xunta de Galicia para participar en un proyecto de promoción de las islas del Parque Nacional Illas Atlánticas, él se ocupó de la de Cortegada, y en 2015 fue finalista en la Bienal de Pintura del Eixo Atlántico, en la que participaron artistas de Galicia y Portugal. Acaba de exponer en el Museo Municipal de Barcelos, una de las salas de arte más importantes del norte luso.
