La publicidad es, indiscutiblemente, muy necesaria. Muchos negocios, sobre todo los que viven de los servicios ofrecidos en Internet, no podrían subsistir sin los ingresos que esta genera.
La publicidad debería ser amigable con los usuarios, no molestar e invitar, de forma sutil a su contemplación o interacción usando técnicas y diseños que nos llamen gratamente la atención.
El problema viene cuando la publicidad es invasiva y molesta. El típico banner que se coloca por encima del contenido de la página que estamos visitando y no nos permite acceder a la información que nos interesa o, peor, aquella que nos abre pestañas y pestañas sin que nosotros lo hayamos solicitado.
Contra este tipo de publicidad, y de paso contra el resto, se han estado desarrollando sistemas que lo bloquean.
Ahora la industria se toma la revancha y empieza a usar sistemas contra aquellos que usan estos bloqueadores de publicidad.
La guerra está abierta.
